domingo, 18 de septiembre de 2016

REENCARNACIÓN

*Relato presentado al Reto sobre Reencarnación de la Comunidad Relatos Compulsivos.

El rayo del sol se coló por la ventana dándome directamente en el rostro. Me estiré, como era mi costumbre, sobre la cama desordenada. Mi cabello siempre ordenado necesitaba un poco de cepillado tras una noche inquieta.

Bajé de la cama de un salto y volví a estirarme ya de pie en el piso. Iba a darme mi baño acostumbrado cuando, al pasar por el espejo, me encontré con un cuerpo extraño, un cuerpo que no era mío en el que se encontraba mi mente.

Con desesperación comencé a correr por la casa sin saber qué hacer, la consternación me invadió sin entender que había pasado.

Mis miembros superiores eran largos, terminados en unos muñones de donde sobresalían cinco apéndices que se movían a mi voluntad. Los inferiores eran parecidos pero más largos y los apéndices eran cortos y rechonchos en los cuales se sostenía mi cuerpo. Mi hermoso cabello había desaparecido por lo cual me sentía desnudo. Sólo un vello ralo protegía mi cuerpo en las extremidades y cabeza. Mi rostro, horripilante, tenía cinco hoyos en él. Dos de ellos ocupados por dos esferas acuosas en las cuales se reflejaba el mundo, dos que me perforaban el centro de la cara y el último, del cual salía un apéndice más, rosado y húmedo, que hacia ruidos ininteligibles al moverlo.

La forma de caminar de mi nuevo cuerpo me parecía inestable, los muñones y apéndices rechonchos que me sostenían en el piso, eran torpes y no me dejaban desplazarme con la agilidad a la que estaba acostumbrado.

Traté de recordar que había pasado la noche anterior, tal vez así resolvería el misterio de mi nuevo cuerpo.

Entre recuerdos fugaces y las nubes escarchadas de mi mente solo recordaba un túnel oscuro por el cual iba caminando antes de despertar en aquella cama. Un túnel lleno de paz, de esperanza, un lugar de donde nadie querría salir.

¿Acaso es qué….? ¡No podía ser! Yo apenas había salido a dar mi caminata diaria y …… ese auto….no paró….. y el túnel oscuro con la luz al término…..¡la luz al final del túnel! como lo describían todos los que habían regresado.

¿Entonces esta era mi nueva vida? ¿En este ser deforme e inferior? ¿Un ser que tendrá que servir, en algún momento, al ser que fui?

Me miré enteramente en el espejo estudiando todos los daños ocasionados en mi cuerpo con este cambio.

Mis orejas siempre alertas que me daban un aire dulce y travieso, reemplazadas por un par pegadas a mi cara, sin chiste. Mis ojos, tan grandes, expresivos y brillantes eran ahora pequeños y sin gracia. Mi cola, mi hermosa cola, había sido reemplazada por un par de nalgas peladas y mi estilizado cuerpo de movimientos elegantes, con este envase torpe y común ¡El cuerpo de un sirviente!


“¡Porca miseria, mira que terminar reencarnado en un ser humano!” – expresé con mi nueva voz extrañando mi viejo maullido.

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