miércoles, 28 de noviembre de 2018

HADA DE AZUCAR



*Favor de leer el relato con la melodía adjunta.

El rojo de la sangre era impresionante. Contrastaba salvajemente con la negrura de la pista que lo intentaba absorber sin mucho resultado. El pequeño río escarlata continuaba extendiéndose desde su cabeza desprovista de piel. La moto había quedado a un lado, caída, mecánico corcel herido en alguna huida.
Mi madre me cubrió los ojos, su tibia mano quiso ocultarme aquel mundo cruel en el que, inevitablemente, crecería. Pero ya era muy tarde, apoyada en la ventana del auto, mis pupilas ya habían reflejado el brillante color, el centelleante riachuelo que hervía en estrellitas doradas producidas por el rayo de sol más hermoso.

Mis neuronas refulgían como ese borbotear de sangre tras mis párpados infantiles.

Fue de aquellos momentos mágicos que te cambian la vida. La vida se tornó roja.

Tras segundos de hechicera contemplación, el auto siguió la marcha con la conversación de mis padres que lamentaban la muerte de una persona tan joven y se cuestionaban sobre el destino incierto y sorprendente de cada uno.
Yo los escuchaba a lo lejos, solo palabras sueltas que no entendía.

Abrazaba mis zapatillas de ballet, diminutas como mi pies. Su suave y rosado raso las hacía lucir como zapatos de hada, nadie sabía la dureza que contenía su interior.

Las acariciaba tarareando la Danza del Hada de Azúcar del Cascanueces, imaginándome volar entre las notas de esa hermosa melodía, pero, ahora, una sombra roja bordeaba mis etéreos pasos. Una idea, un sueño anidó en mis esperanzas de niña. Uno que me acompañó a través de los años y que estaba cerca de convertir en realidad.

domingo, 25 de noviembre de 2018

LUCIFER


Hermoso Lucifer de grana rizo ¿Qué miran tus ojos con destellante rabia? ¿Qué enmarcan tus pestañas que rodean los rayos de fiereza que te carcome el alma? ¿Por qué las cejas fruncidas que apretujan tu nácar piel llenándola de arrugas? ¿Qué objetivo puede socavar tu alma haciéndote odiar con la mirada? Se inquirían querubines, arcángeles y ángeles en sacra reunión en la bóveda estrellada.

El precioso Lucifer lloraba escondido entre nubes de algodón, su sumisión. No se explicaba porque no podía ser tan amado como Dios. No era acaso el ángel más hermoso? Tan grandiosa belleza que si un mortal lo viera moriría de impresión.  Renegaba ahora de la divinidad que no dejaba escoger, al hombre, a quien amar. A la egoísta deidad amante de la omnipotencia.

Se rebeló entonces y levantó en dos bandos a los ángeles y  arcángeles, sus antiguos compañeros. Cuantas alas rotas sobre noble suelo. Guerra santa en verdad lo que provocó su creencia en el albedrío.

Echado fue, desterrado al mundo más vil y oscuro. Lucifer vagaba en la tierra, se arrancó las alas en un acto de rebelión contra la santidad de su significado. Marcas en forma de hoz quedaron en su espalda adolorida. Hoces ensangrentadas, recuerdos de la pertenencia al reino de su nombre.

Levantó los brazos al infame cielo, separolos fuerte abriendo montañas y en el medio aparecieron flamas que ardientes formaron camino al Infierno. Su nido, su fundo, el ardiente subsuelo que lo recibía como dulce hogar, donde esperaría a aquellos rebeldes que arranquen sus alas con sus propios dientes y llenos de orgullo, icen el tridente.