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jueves, 12 de julio de 2018

CADA ALIENTO QUE TOMAS


*Favor de leer con la canción adjunta.


"Every move you make
Every vow you break
Every smile you fake
Every claim you stake
I´ll be watching you"

Canto muy bajito arrodillado en el borde de tu ventana. Tu cabello vuela llevado por el aire del ventilador que se mueve acompasadamente como meciendo a un niño. Echada en la cama, ojeas tu revista mientras los posters de Michael Jackson y Bruce Springsteen miran a la nada y su piel brilla sudorosa por algún baile realizado.

La música de The Outfield suena cuando, de pronto, se traba el cassette y tienes que sentarte para sacarlo y acomodar la cinta dándole vueltas con aquel lapicero rosado que siempre usas en clase.

Espero a que termines, el sonido de la música me ayudará aunque no sea mi favorita. Yo sigo tarareando la canción que me hace pensar en ti desde el día en que no aceptaste mi invitación. Sé que algún día lo harás. No te soy indiferente. Por eso te doy la oportunidad estando siempre donde estás tú, mirándote, observando cada movimiento que haces y cada sonrisa fingida.

Te echas boca abajo, nuevamente, apoyando tu rostro en la mano, puedo ver tu brazo lleno de “cueritos” al acercarme, ya he reptado sobre la ventana y me acerco a ti cubierto por esa media penumbra en la que tienes tu cuarto.

Mi mano tapa tu boca muy rápido, jalándote al piso conmigo, un fuerte golpe con tu raqueta de tennis te deja sangrando y semi consiente, me gusta como tus ojos no pueden enfocarme y como tu boca se deforma al tratar de hablar.

"Oh can´t you see
You belong to me"

Sigo cantando a medida que, cargándote, te saco por la ventana y te jalo del brazo arrastrándote hacia aquel bosquecillo detrás de tu casa mientras la herida de tu cabeza va dejando un delgado hilo de sangre en el camino y tu corazón late cada vez más lento por cada aliento que tomas.

"I´ll be watching you
I´ll be watching you
I´ll be watching you..."


sábado, 18 de febrero de 2017

MI NIÑO

Es ese profundo azul el que me tiene perdida, 
Como el mar embravecido de tus ojos infinitos.
Ojos de niño, de hombre, de cachorro que ha vivido.
Bajo tus cejas oscuras escondes eterno abismo 
En el que yo caigo en celo cada vez que yo lo miro.

Mi niño hombre, mi niño, que quiere crecer conmigo 
Que toma mis años truncos para poder revivirlos
Y que me abraza en sus mieles de juventud bendecido.

El otoño y el verano en amantes convertidos, 
Uno cristalina agua, el otro ya añejo vino,
Uno recogiendo pasos, el otro empieza el camino. 
Amantes incomprendidos, pero tan llenos de bríos, 
De la mano se sonríen y miran el mundo altivos.




jueves, 25 de agosto de 2016

CAMINITO


*Favor leer el presente relato con la melodía adjunta.

Caminito de piedras con paredes de colores, frente al riachuelo plateado que brilla lleno de lucesitas cantarinas que se deshacen en las pupilas de uno, recibe la fina lluvia de esa tarde grisácea y ventosa en que la conocí.

Delgada y ojerosa con su tosecita ahogada, con todo el peso de la vida en el alma. Vendía su sonrisa en la puerta de aquel viejo edificio de balcones de madera. De pie, en ligeras ropas, con el frío de julio, su sonrisa falsa cubría su historia plomiza como la tarde.

A diario, bajaba del tranvía con mi uniforme de colegial y pasaba por su puerta cargando mis libros, levantaba el sombrerito en un gesto de saludo mientras mis medias blancas, caídas, casi se arrastraban.

Ella no sabía que yo existía pero vivía en mi corazón de quinceañero.

Ahorré todo el verano, quería conocerla y con toda la vergüenza del mundo entré a ese lugar prohibido, a esa casa del demonio que mi madre me prohibió siquiera mirar.

Las chicas en fila esperaban, fumaban, jugaban con sus rizos entre los dedos con las uñas mal pintadas, soñaban en mejores días con la mirada fija en algún punto del vacío delante de ellas. Sus poses exageradas deseaban alentar a uno a escogerlas. Pero yo ya tenía a mi elegida.

Me paré delante de ella y tomándome de la mano subimos al piso de arriba entre los gritos de sus compañeras para que me hiciera “debutar” de la mejor manera y risas que me parecían hasta cándidas en ese momento.

Entramos a una habitación que tuvo tiempos mejores, el tapiz de la pared se caía por trozos y las cortinas, de terciopelo viejo tan raído, casi no cubrían el paso de la luz; una jarra y un tazón de loza blanca despostillado eran la única fuente de sanidad, la cual usó antes de ayudarme a desvestirme y acostarme en la cama. Desató el cinturón de su gastada bata blanca. Al fondo se escuchaba un triste tango y juraría que dejó caer su ropa al compás de aquella canción mientras se cubría la boca con un pañuelo percudido al toser. El corset apretaba sus pequeños senos que se asomaban cual palomas blancas de invierno, fue desatando sus lazos mientras mis ojos recorrían cada movimiento de sus manos liberando su albo pecho. Subió uno a uno sus pies a la cama bajándose descuidadamente las medias que cubrían sus piernas hasta medio muslo. Con la boca abierta seguía cada uno de sus movimientos, su cuerpo se movía grácil como el de una bailarina aunque su mirada triste no tenía destino. Quedó desnuda ante mí, tan delgada y frágil que sentía que podía romperse si la abrazaba con fuerza.

El olor a jazmín de su cabello llegó a mí como brisa del más dulce sueño, posó sobre mí su cuerpo llevándome cómo se lleva a una pareja de baile. Alrededor mío todo era calor, piel y jazmín, el dormitorio ya no existía solo el vaivén de su cuerpo que me descubría al más sublime placer.

Al terminar, se puso de pie dándome un paño húmedo para que me limpiara mirándome de reojo al ver mi cara avergonzada aunque feliz.

“Eres dulce” – fue lo único que escuche de su voz mientras se vestía encaminándome a la salida.

La verdad, mi recuerdo del mismo hecho es vago, como sombras de colores que se anteponen unas a otras pero el negro de su cabello sobre sus hombros tan pálidos, el rojo del labial corrido de su boca y sus ojos, que en algún momento se encontraron con los míos, son tan nítidos aun como un sueño tangible.  

Supe que se agravo su tos, esa tos que cortó su vida entre sábanas manchadas de gotas rojas de la sangre de mi Florencia, de mi paloma blanca con su sonriente tristeza.


Seguí pasando, pasando por aquel umbral vacío, convertido ahora en el bar La Perla. Y juro que aun siento el olorcito a jazmín que me abraza y me lleva a ese dormitorio húmedo y de madera crujiente con la única ventana por donde las chispas de las aguas del delgado río destellaban en sus ojos.

jueves, 26 de mayo de 2016

DORMIDA

*Relato presentado al concurso Microlove III del Círculo de Escritores.


Tu piel entre mis dedos, la suavidad de sus curvas en relieve, las concavidades donde se pierden mis manos deseosas de ti; tus poros, pequeños puntos que destilan fuego cuando nos amamos, los vellos de tu cuerpo que se erizan al roce de mis caricias que impetuosas te descubren palmo a palmo. 

Qué sentido tan perfecto el del tacto que en el manto sagrado cual sudario cubre los huesos y músculos que forman la beldad de tu belleza. La suavidad de la carne voluptuosa que se torna inflamada al ser tocada y besada. Dermis de tus miembros, tu vientre, tu cuello, tus pechos turgentes que se yerguen fieros al sentir mi aliento recorrerlo entero.

Tú quieta y dormida aceptas mis mimos, sin decir palabra, sin hacer un ruido.  Yo beso tu cuerpo, te abrazo y suspiro, tu cuello silente vibra limpiamente mostrando el latido del pulsar de vida.


Y paso la noche en tu tibio cuerpo hasta que el sol comienza a levantarse, te cubro de besos al tener que irme y regreso mustio con cabeza baja, arrastro mis pasos y mi alma reposa vuelta a mi cadáver escapado de su fosa. 

lunes, 23 de mayo de 2016

LIBERTAD

Y de la jaula yo salí volando, al fin libre entre tanto polvo, alas sucias como desperdicios, lágrimas caídas desde el ojo raudo. Brillantes pupilas de pájaro mustio que acallado el pico al final piaba. Encerrado el pico, las alas cortadas, aleteaba dentro de jaula lacrada.

Pagando el precio de su libertad, marcas y huellas en su cuerpo magro, heridas tantas que hieren el alma, más que el mismo golpe, laceran palabras. Tan solo piaba en cruel encierro con el poco alpiste que caía dentro y el cuenco de agua le daba consuelo mirando el reflejo que lo acompañaba.

Pecho adolorido de mi alma partida que lloró en silencio traición desmedida, al fin mira abierta la puerta cerrada, sus ojos le brillan, agita las alas. Respira con ansias el aire lejano, que ahora se le abre enseñando el mundo. Cruel captor que selló la cárcel, ya no humillará, prensará las alas, no la obligará a amar sin amarla, ya no lo verá visitar más jaulas.


Ahora con miedo asoma su pico a la puerta abierta que el mundo le ofrece, a volar se atreve entre tanta nube buscando una rama segura y turgente. Ahora por fin mirará los árboles, sentirá el olor de las hojas frescas y quizá mañana pueda hacer su nido en algún paraje sin jaulas ni rejas.

jueves, 19 de mayo de 2016

BAILARINA

*Relato presentado al concurso Microlove III del Círculo de Escritores.

La pequeña bailarina danzaba dando vueltas sobre su base. La hermosa melodía la rodeaba así como aquella mirada.

El pequeño pastor pacía sus ovejas perpetuamente sobre el pasto de cerámica.

A cada vuelta de ella, sus miradas se encontraban y el amor más puro se expresaba entre ellos.

El esperaba atentamente a que la pequeña caja dorada se abriera y ella apareciera.

Ella esperaba la luz de la libertad, los segundos o minutos liberada de la oscuridad y su baile que la dejaba contemplar a su amor de rizos rubios.

Desde la repisa, él la veía bailar su eterna danza, su nevado vestido tocaba su piel de porcelana, su diminuto pie en punta apenas se apoyaba en su base dándole un aire etéreo.

Ella se sentía flotar en su perfecto baile y con la mirada del pastorcillo, que con una sonrisa dibujada en su rostro la observaba con los ojos brillantes del más puro cariño, se sentía en las nubes.


La oscuridad volvía nuevamente en forma de un pedazo de madera que la alejaba de su mágico amor hasta el nuevo instante de volver a verlo y profesar su amor de miradas, de sonrisas, de intervalos eternos. 



jueves, 11 de febrero de 2016

LA CHICA DEL CALENDARIO

Un día más amanece frío, el café de la mañana del pequeño restaurante me despierta de mi modorra. Miro como el vapor caliente que sale de la taza se va elevando hasta unirse al vaho de mi aliento. Sigo la estela de aquel vapor húmedo que rebota contra la pared, contra su foto. La chica del calendario me mira fijamente, femenina y coqueta.

Sus ojos me envuelven en un mundo inexistente, donde ella se fija en mí. Su espalda desnuda me indica el camino al cielo y sus labios rojos la entrada a él. Le devuelvo la mirada, como lo hago diariamente y termino  mi café mientras admiro su figura estampada en el papel que cuelga en la pared.

Hora de ir a la oficina, dejo el pago sobre la mesa dispuesto a irme y salgo por la puerta giratoria.

- “¡Pero qué torpe! Disculpe señorita, no la vi, iba distraído, no se agache, yo recojo sus cosas”.
- “Muchas gracias caballero, no se preocupe, ya no hay muchos hombres que se detengan a disculparse”.        
- “¿Un café?....por mi torpeza”
- “Bueno…solo si no le quito tiempo”
- “No, no, por favor…….”

Le cedí el paso a la entrada de la pequeña cafetería y pasó delante de mí. La miré boquiabierto y ella me miró una vez más tal como lo hacia a diario desde la pared, pero esta vez, me sonrió.

martes, 9 de febrero de 2016

MELANCOLIA

MIGRACIÓN
Te alejaste como pájaro invernal en busca de un nuevo cielo. Ilusionado por el espejismo que viviste. Pobre pájaro emigrante que solo sigue sus instintos, sin ver donde lo lleva el frío viento de octubre. A una tempestad que terminará extinguiéndolo, a una tierra árida donde no habrá sombra que lo cobije. A un campo estéril donde no volverá a probar el néctar dulce de las flores, suelo seco que le negará el sorbo de agua vital y la libertad de batir sus alas.   Pájaro inconsciente que levantaste vuelo sin mirar la tierra que dejabas, deja caer tus plumas para regresar el tiempo. 

LLUVIA
Hoy me preguntaron si te extraño y la soledad cayó sobre mí como gotas de lluvia de verano en el pavimento plomo de una ciudad nublada. Esas gotas robustas que caen de sorpresa y que nos recuerdan que no debemos olvidar el invierno.
"Solo por momentos" — contesté con una sonrisa triste y huí del lugar con las manos en los bolsillos como queriendo ocultarlas de esa lluvia para que no borre los recuerdos de tu piel en ellas.
Y aceleré el paso pensando inútilmente que en mi carrera escaparía de la tormenta que rugía en mi interior bajo el cielo despejado de enero. 



REFLEJO
La mujer en el espejo, un reflejo, una ilusión. Hermosa ninfa del bosque que mis ojos deslumbró.
Mi cama la humedecía con sus locas fantasías, con sus risas, con sus poses, con las ganas que tenía.
Su olor se impregnó en mi almohada, en mis sabanas mojadas. La cama tiene aun su forma de mujer ángel alada.
Pero enamorado no,  no se podría hacer eso porque es ninfa, porque es fénix, porque es musa atolondrada, porque solo es un reflejo, la mujer en el espejo.


jueves, 28 de enero de 2016

DIOSA NOCTURNA

Habitación en penumbra. Entre sueños mis ojos se posan en la ventana entre  abierta,  las cortinas se mueven al compás del viento  y éste entra sin permiso silbando en mis oídos que despiertan a su llamado.

Bajo las frazadas que cubren mi cuerpo, mis ojos se asoman buscando a la sutil luna que aparece entre las nubes nocturnas. Mis pupilas son el reflejo de ella y de sus rayos plateados.

Mis ojos se entrecierran por los brazos del sueño que me acuna, la luna y sus hermanas nubes van desapareciendo de mi vista para dar lugar a la oscuridad de mis párpados.

Espero que la hermosa luna se desvanezca, pero, ¿qué pasa con la matrona de las  noches? ¿con la señora musa de trovadores y suicidas?  Se me acerca sin cesar, sin parar se me aproxima.  Estira su cuerpo esférico en un camino largo de chispas plateadas que se cuelan por el marco de mi ventana creando una pequeña poza de plata al  pie de mi cama.  La  brillante esencia se levanta, sus formas sinuosas se mueven lentamente formando un cuerpo perfecto.

Preciosa mujer del espacio, arrebato de poetas hecho piel  bajada de la bóveda estrellada. Me cubre, me besa con su lengua  fulgurante que ilumina mi mortal tez en su camino.  Me dejo llevar por su presencia celestial, por su sideral ternura. Agasajo mis manos con la perfecta entidad, busco el lado oscuro de la luna que se me ofrece como dama aparecida. Lo encuentro, lo tomo, lo poseo. Es mía la soberana de la noche en sus cuatro fases, en menguante vergüenza y creciente lujuria.  Estimula las mareas de mi vientre con su poderoso influjo, me permite desbordarme en las entrañas de su Mar de la Tranquilidad y crear vida en su estéril superficie.

Solo soy un poeta enamorado de ti, diosa nocturna.



*Gracias a Isa por la inspiración.


miércoles, 13 de enero de 2016

OLVIDO

Hoy supe que me dejabas.
No quiero ser un poeta que se queja de su suerte, ni dirá que el árbol muere y que las hojas del amor marchito caen en el camino que traza su vida llena de otoños.
Ni que pasa una tormenta, la tormenta de su vida que ahoga sus pulmones en la masa de agua que es tu amor que se va entre olas de añoranza.
Tampoco seré dramático y lloraré agitado en un rincón de mi cuarto, de nuestro cuarto que vio miles de noches tu desnudez más profunda. La desnudez que está bajo la piel y toca los miedos y el alma. 
No humedeceré con lágrimas las sabanas que acunaron nuestros cuerpos en llamas. Aún necesito el olor de nuestro chamuscado sexo.
Finalmente no te detendré, miraré tu camino separarse del mio, tu alma coloreada dejar la mía a oscuras, tus palabras diarias enmudecer mis días, tus ojos sonrientes cubrirse por los párpados que avivaran mi angustia, tu olor tornarse en amargo desvarío, tu cuerpo entregado separarse del mío.
Hoy no me quejaré, lo haré mañana y lloraré tu olvido.


sábado, 26 de septiembre de 2015

CAN CAN GIRL



El sol entra por la ventana de la habitación dando directamente en mis ojos. Es más de mediodía y Madame De Vere nos levanta para comenzar el día y ensayar el baile para nuestro show. El “Yellow Rose Saloon” es el más famoso de Clipper Creek, no solo por tener las más hermosas chicas de la comarca sino también por su show de bailarinas que siempre se renueva.

Esta vez, Madame ha traído un baile nuevo que dice que dejará a los clientes boquiabiertos y con ganas de seguir empinando el codo y dejar más monedas en nuestros bolsillos.

Hemos practicado hasta el atardecer, la verdad que el baile es muy divertido y sensual, se muestra mucho las piernas y hay muchos saltos en él. Bailamos hasta casi desollarnos los pies, pero todo sea por el espectáculo y la suerte de trabajar en un lugar como este donde Madame nos hace respetar, nos dan buena comida y buen pago. No todas corren la misma suerte. Muchas terminan trabajando con los sucios abigeos y en las fronteras. No quiero ni pensar en esas pobres infelices.

Anochece y la penumbra cubre el cielo sobre el pueblo, los cuervos graznan a lo lejos y se siente el sonido del aire silbando a través de las rocas del desierto.  Los clientes llegan  y ya se escucha el sonido del piano que Fingers Jo hace cantar. 

Ajusto mi corpiño para resaltar mis encantos, las medias de seda negra abrazan mis piernas sostenidas por las ligas de cintas rojas que las adornan. La falda roja y negra hace juego con el resto del atuendo, esta vez tiene muchas enaguas de encaje debajo,  lo que nos servirá para el baile. Maquillo mis labios de un rojo intenso, mis ojos asemejan a los de una gata y el lunar al lado de mi boca le da el toque final a mi rostro. 

Madame trajo plumas de avestruz para adornar nuestros cabellos, dice que siempre debemos ser las mejores chicas de la región, sonreír y que debemos tratar a los clientes como caballeros aunque no lo sean.

Voy bajando las escaleras de madera entre sonidos de vasos chocando, botellas quebradas, el incontrolable piano y las risas de mis compañeras junto a la de los hombres que llegan a vernos. 

Comienza el show, en el escenario demostramos las horas de ensayo bailando al ritmo de la alegre música, nuestras piernas vuelan así como nuestras enaguas y los hombres aplauden a rabiar, algunos disparan al aire presos de la euforia y el alcohol. 

Wild Bill está en primera fila observándome, muerde su pajilla entre los dientes sin dejar de mirar cada movimiento que hago, no dejo de sonreírle, tantos años viniendo a verme y siempre con esa misma adoración con la cual también lo miro. Sabe que no es un cliente más.

A pesar de todos los lujos con los que Madame nos rodea, me sigue repugnando el ser tocada por otros hombres. Sus caricias lascivas,  sus excesos pervertidos y en algunas ocasiones,  violencia. 

Termina el baile y corro hacia mi habitación, cambio mis vestidos por algo menos llamativo, tomo mi pequeño equipaje y salgo por la ventana, caminando por el tejado bajo por la enredadera que adorna la pared del saloon. 

Ahí está Bill, en su caballo, esperándome, su sombrero de lado le da un aire aventurero, ofrece su mano para ayudarme a subir delante de él, me abraza besándome el rostro. Sé que Madame se molestará pero igual ya no le serviría durante los próximos nueve meses. 

Cabalgamos hacia el sol que comienza a salir. 

 

martes, 1 de septiembre de 2015

NOSTALGIA



MENTIRA

Y le mentí, perseguí su inocencia con pasión desmedida, su cuerpo alcancé hasta llenarlo de angustia y llegué a hacer mía su realidad de virgen, doblegada y pura. Maté con mi rabia su pequeña ternura.

Y colmé con mi piel su candor y dulzura y llené con mi carne su inocente figura. Su velo de doncella rompí con mi deseo, la hice arder en mis brazos y humedecerse a mi apego.

Y me mentí, al pensar que no la amaría, que después de poseerla de mi mente se iría. Pensé quedar libre luego de mi mentira, pero estoy prisionero de sentimientos de ira.

Porque mi corazón muere cansado y viejo, anhelando sentimientos que ya no reflejo. Pues eres musa distante ahora, libre y lejana con un amor correspondido, ya mía no será tu candor ni tu ternura porque de tu corazón yo ya me he ido.


COBARDIA

Estarás entre sus brazos suspendida
Mirándose a los ojos prometiendo
Su aliento te hará olvidar palabras mías
Su boca callará tus pensamientos.

Yo en mi cama fría por tu ausencia
Solo atino a recordar tu aroma
A remembrar las formas de tu cuerpo
Y las caricias suaves de tu boca

No te atreviste a aceptar nuestros encuentros
Regresaste junto a él como se debe
Mi amor se convirtió en una vergüenza
Mi amor que si aceptaba protegerte

Aquí estaré en el sitio que me diste
Al lado de prejuicios y tabúes
Recordarás un día aquel amor prohibido
Y te preguntaras: ¿porque no lo detuve?