domingo, 31 de julio de 2016

UNICORNIO

El unicornio revoloteaba con su cola de arcoíris alrededor de los otros muñecos de peluche. Sin duda era el rey de la habitación y la niña lo amaba con ese amor infantil tan especial y conocido por todos.


Sus patitas sonrosadas golpeaban el estante donde los juguetes dormían y cabalgaba orgulloso de su belleza y la preferencia de su pequeña dueña.

La noche cubría sus movimientos ayudada por los párpados cerrados de la nena que dormía plácida entre edredones como nubes de algodón.

"¡Juguemos!" - bramó el unicornio a todos sus compañeros muñecos y éstos, emocionados, saltaron de sus estantes cayendo silenciosos a la alfombra con dibujos de globos de colores.

"¡Hagamos una ronda, cantemos y saltemos!" - sugirió el pequeño ser mitológico de suave peluche blanco parándose en dos patitas y tomando de la mano a una rubia Barbie y a un oso Teddy con overol de constructor.  Cantaron toda la noche, pies y pezuñitas se movían al unísono, al compás de las alegres melodías cantadas. Jamás, conejos, ositos, vaqueros, muñecas, perritos y todos los juguetes se habían divertido tanto durante sus noches de desvelo.

El cielo adquiría el tinte púrpura de la más oscura noche y el unicornio tomó su sitio al centro del círculo de juguetes para convertir esa maravillosa noche en la más mágica que sus ojos de canica habían visto.

Con un movimiento de su cola formó un arcoíris de escarcha por el cual invitó a pasar a cada muñeco, convirtiéndose éstos, al atravesarlo, en pequeñas versiones reales de lo que representaban. Un diminuto oso, una hermosa y pequeña rubia, conejos pequeñitos como adornos, revoloteaban maravillados al verse de carne y hueso agradeciendo al unicornio ese gran milagro.

El tierno animalito danzaba al centro del círculo cada vez más frenético alentado por las palmas y gritos de sus compañeros.

Una chispa roja brilló en las pupilas del amoroso juguete antes de que éste se lanzara sobre sus compañeros de juego abriendo, con su brillante cuerno, las pequeñas panzas de todos los que danzaban a su alrededor.

Las diminutas tripas se desbordaron en la alfombra colorida mientras sus dueños se retorcían del dolor que, por primera vez, sentían. Los gritos lastimeros se unían a los intentos de salvación de los que se resbalaban en charcos de sangre y coágulos. 

La luz rosada de la aurora entrando por la ventana teñía el dormitorio infantil de un tinte rojizo dantesco cual aposento de un infante anticristo.

La niña se frotó los ojos y abrió la boca, agitando su cuerpo hacia adelante, para gritar mudamente al sentir como la piel de su cuello crujía rota por el asta de su amado amigo que la miraba con los ojos de canica, negros como la muerte, mientras ella se ahogaba con su propia sangre que brotaba hacia sus adentros.


jueves, 28 de julio de 2016

RETO: 3 DIAS, 3 CITAS (1)

Mi querida Campanilla Feroz me nominó para este reto que me ha hecho pensar y recordar mucho. El reto se llama Tres días, tres citas y se trata de eso mismo, de publicar una cita de algún libro que leíste durante tres días, esas citas que te llegan al alma, al corazón o al hígado.

También hay que nominar a tres compañeros cada día para seguir compartiendo este reto tan entretenido.

Bueno, ahí va mi primera cita, que más que eso es un párrafo del Libro Travesuras de la Niña Mala de Mario Vargas Llosa, ya sé que parece nombre de libro erótico pero no lo es, aunque tiene sus partes…subiditas. Se trata de la relación de dos amantes durante cuatro décadas de su vida, es una relación tormentosa y un tanto enfermiza, ustedes mismos juzgaran si es amor o no si es que llegan a leerlo. A mí me gustó mucho por su lenguaje sencillo, su dureza y a la vez ternura y porque conozco personalmente muchos de los lugares que se mencionan en la obra por lo que me atrapó muy rápido.


Ahora mis nominados:




jueves, 14 de julio de 2016

CRÒNICAS : ESTRANGULADOR

Mis manos heridas tensaban la cuerda que me quemaba las palmas por el esfuerzo que él hacía por soltar su cuello.

Su cabeza me golpeaba el estómago por las convulsiones que comenzaba a presentar, lo miraba desde arriba disfrutando ver como su piel se volvía cianótica y sus miembros temblaban con los espasmos antecesores de la muerte.

Sus ojos volteaban a mirarme o quizás, simplemente, era la reacción de desesperación al inminente deceso. Se abrían de forma grotesca dando la impresión de que iban a reventar en cualquier momento esparciendo el humor acuoso sobre mi rostro (con suerte, en mi boca), paredes y piso del recinto.

Puse una rodilla en su espalda empujándolo con ésta y haciendo fuerza con mis manos templando más la cuerda para hacer la presión del ahorcamiento más fuerte aún.

Mi rostro se desfiguraba en una sonrisa que no podía evitar, el corazón me latía de la emoción de aquel momento en el que era omnipotente y un escalofrío placentero recorrió mi columna vertebral cuando vi su boca abriéndose hasta romper las comisuras sangrantes y sacar la larga lengua amoratada que babeante se volteaba hacia adentro tapando la entrada del poco aire que intentaba rescatar.

Sus miembros se sacudían como gallina degollada mientras sentía en mis manos la vibración de su cuerpo que me llegaba a través de la cuerda convertida en una extensión de éste.

Su última convulsión me llevó a la gloria. El éxtasis se acrecentaba al tiempo que su cuerpo flácido caía resbalando por mis manos y acariciando mi cuerpo hasta llegar al suelo.


Pisé su cabeza al salir mientras limpiaba mis manos ensangrentadas en mi chaqueta negra. 

domingo, 10 de julio de 2016

PESO

Me duele el cuello y no puedo dormir, es el “síndrome del escritor” me dicen los amigos que me ven sobándome y quejándome del fastidio que siento. Creo que tienen razón, el estar sentado frente al computador, la pantalla con su página en blanco que grita que escribas, que la llenes de tus sueños locos y tus pesadillas más perversas hacen que el cuello sufra y los hombros tensos también molesten.
No sé si los pensamientos pesan pero eso es lo que siento sobre mi cuello y hombros, camino con lentitud, arrastrando los pies como si cargara toda la miseria del mundo sobre mí.
El cansancio tiene presa mi imaginación y mi desidia.

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Al fin comencé a escribir la historia más horrenda de terror jamás contada. Si no mueres de miedo en los primeros minutos es que no tienes corazón o valor en él. Mis líneas destilan sangre y lágrimas, tripas y desesperación, gritos y un daño psicológico irreversible.
Pero es curioso, avanzo en mi obra maestra de horror sin dejar un día de escribir y las ideas me fluyen como el manantial más cristalino que naturaleza alguna haya creado. La verborrea de mi escritura desborda imaginación y crea mil formas de morir, una más trágica y sangrienta que la otra, pero….y sí, es un pero absoluto, el pesar de mis hombros y cuello no ha parado. Al contrario, creo que mientras más escribo y camino de un lado a otro ordenando mis ideas, más es el peso y dolor que siento.

Cada criatura que creo o cada idea que tengo hace que mis dolores se acrecienten, el cuello me mata y los hombros pesan cada día más.

Ya basta, dejaré de escribir para tomar un descanso aunque las ideas se me vayan en el camino. Un baño me relajará un poco del dolor físico el cual amerito al estrés que he estado sintiendo por la carencia de ideas.

Ya en el baño descanso desvistiéndome y abriendo la ducha, el chorro caliente hace que el vapor invada el pequeño cuarto como una calle londinense de alguna historia victoriana y el calor conforta mi cuerpo desnudo. Sobo mis adoloridos hombros masajeándolos con mis dedos y el dolor del cuello ya no me deja levantar la cabeza, por lo que de reojo miro el espejo empañado.

Una sombra negra aparece reflejada en él, sentada en mis hombros, aplastando mi cuello voltea sin rostro a mirarme. Un grito ahogado sale de mi abierta boca como una exhalación de intento de vida, me muevo como poseso dentro del baño intentando sacármela de encima pero no se mueve. Clavada sobre mis hombros sonríe dentro del túnel oscuro que es su rostro.

Voy cayendo de rodillas por el peso y el esfuerzo, su aliento frío en mi oído me deja escuchar las palabras que salen de su penumbra.

“Sigue matando, sigue creándome súbditos perfectos, tu cerebro es privilegiado en oscuridad y crueldad, sigue llenando las mentes de sangre y los deseos más impuros. Padre me ha elegido para acompañarte perpetuamente hasta tu último día, en el cual te acogerá en los lóbregos aposentos en los cuales sufrirás cada una de tus historias, de los momentos más álgidos y sanguinarios, las vivirás cada una ¡que privilegio!”

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Pasan los días y los meses, mi opera prima quedó inconclusa, no quiero crear más monstruos ni asesinos, no quiero usar mi perversa vida para inventar cuentos de horror. 


Paso por los espejos de mi casa que me dejan ver a mi acompañante oscuro, siempre sentado en mis hombros, sin dejar que levante la cabeza, esperando, esperando que un día entierre la nariz en mis miserias.

viernes, 1 de julio de 2016

INERTE

Recorrido de tu sangre
Que formó tu cuerpo inerte
Ríos de vital bermejo
Que delineó tu figura.

Corren las gotas sinuosas
Por cada curva que veo
Y mi cuerpo se provoca
No restrinjo mi deseo.

Me acerco a tu cuerpo muerto
Beso tus formas sin vida
Mis manos arden corriendo
Mojándose en sangre viva.

Olvido un momento antes
Yo mismo arranqué tu vida
Para que seas mi reina
En el reino de la muerte
Al cual estaré llegando
A manos del mismo estoque
Que cegó tu luz vital.

Ahí nos reuniremos
En el cielo o el infierno
Se unirán nuestras entrañas
Creando un ser inmortal.