“¿Me la trajiste papá?”
– Le preguntó con ojos brillantes el pequeño Timmy Claus a su padre.
“Si mi amor, al fin encontré el tamaño exacto, podrás volver
a caminar” – respondió éste con una sonrisa – “No pongas esa carita Cindy, también
traje algo para ti” – sonrió con un guiño el barbón.
Santa extrajo lo deseado: la pierna recién cercenada del
último niño que había visitado para Timmy y luego esparció el cadáver desmembrado
y todavía caliente de otro niño de edad similar.
“¡Papá!”¡El puzzle que te pedí!” – dijo Cindy boquiabierta.
¡La navidad nunca pudo ser más feliz!
Relato co - escrito con Santiago Estenas Novoa
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